3 de abril de 2007

No preguntes cosas que no debes

Es uno de las pocas cosas de las que me arrepiento en mi vida y obviamente lohice cuando era una pendeja de 16 años más o menos... y a medida que apsan los años lo recuerdo más intensamente, menos mal que nadie lee este culo de blog así que ahí voy con mi historia.


Estábamos en la casa de mi amiga con otras tres compañeras, en esa época la moda era hacer la ouija, lo habíamos hecho hasta en el colegio que es católico... perdóname Señor. Mal, todas hicieron sus preguntas, algunas sin decir palabra y la ouija...zas que daba la respuesta, yo estaba algo incrédula así que cuando fue mi turno, hice lo mismo, no dije nada, sólo tuve en mi mente la siguiente pregunta ¿cuál es el nombre de mi futuro esposo? nadie tenía idea lo que estaba preguntando porque no movi la boca.. así que de repente fueron formándose las letras una tras otra, hasta que resultaron en un nombre que nunca olvidaré M A R C O S


Bahh y ¡quién se llama así!, ¿lo conocen? ¿he conocido algún Marcos por ahí? el nombre es poco común, durantes todos estos años aún hoy no conozco a ningún condenado con ese nombre, ¡mierda!


Jamás he tenido un amigo con ese nombre y lo peor es que todo ese asunto me ha sugestionado, cada vez que escucho ese nombre por ahí paro las orejas para buscarlo... ¡qué triste es mi vida! pendiendo de un hilo por culpa de una estúpida ouija y de la fantasmita que fue nuestro contacto.


Será por eso que me cuesta mucho relacionarme con los hombres.. estaba buscando una explicación y creo que debe ser esa, inconcientemente rechazo o me alejo de todos aquellos que no tienen la suerte de llamarse así, será pues.


Esa es la triste historia de mi vida amorosa, todo por un condenado nombre. Snif

No hay comentarios.: