9 de noviembre de 2006

Adelante burrito... que ya le ganamos al elefante

Una de las cosas que encuentro realmente fascinante es la política, no pertenezco a ningún partido pero tengo una orientación liberal, hay algunas cosas con las que coincido con la derecha así como con la izquierda así que me parece que soy de centro tirando para el lado progresista… no digo que me guste la política pero, me parece importante que aunque a uno no le guste -sobre todo por la manera en que se hace- si queremos cambiar algo, no hay que renegar de ella y hacerse al lado y decir “no me interesa la política ni los políticos”, esta bien que a uno no le interesen los políticos, valen hongo. Totalmente de acuerdo. Pero lamentablemente la política dirige nuestras vidas, el pan que comemos a diario, el transporte que tomamos todos los días, está presente en todo, entonces, hay que participar. La participación puede ser activa o como en mi caso, me limito a votar en las elecciones, no por obligación, sino porque estoy convencida que con ese voto estoy dando mi opinión. Los tiempos de la apatía ya pasaron.

Para no ahondar mucho en el tema -y que por cierto tocaré más adelante- el motivo de este post son las elecciones que se están desarrollando en tierra gringa, como peruana podría decir “¿a mí que me importan los gringos?” La verdad que no me interesan pero la influencia que tienen sus decisiones sobre nosotros, sobre el mundo la verdad que es espantosa, sobre todo desde que los republicanos se hicieron con el poder (me dan tanta pena los elefantes, pobres animales no tienen la culpa de ser la mascota republicana), la verdad, ese Bush y sus secuaces son una sarta de delincuentes. Eso da mucho para discutir, es un tema sabroso para los que como yo no soporta la manera que el gobierno republicano ha manejado la política internacional y ahora con lo del muro en la frontera, pensaba que no se podía ser más estúpido pero ¡no! Otra vez me sorprendieron y es que no contaba con su astucia.

La noche del martes estaba que me comía las uñas, como si fuera la última elección peruana donde le rezaba a Dios, a Jesús y cuanto santo hubiera –no rezo mucho pero en situaciones desesperadas se hace de todo- la situación la ameritaba para que Humala no saliera elegido, así estaba con la elección para el Congreso y Senado gringos, pidiendo otra vez porque esta vez gane la mayoría el Partido Demócrata en ambas cámaras y es cierto que Dios existe, aunque las encuestas lo señalaban estaba algo intranquila porque ya es costumbre que los demócratas pierdan el día más importante, pero la maldición se hizo pufff, se esfumó como un pedo. La contienda fue reñidísima en el Senado, sólo ayer a muy altas horas de la noche se supo que en Virginia había ganado Jim Webb sobre el republicano George Allen. ¡Ovaciones para Webb! Los analistas dijeron que era muy difícil que un senador no salga reelecto, pero no fue el caso en estas elecciones, a pesar de la campaña sucia e insultos desesperados del partido del elefante –pobre animal ¿qué culpa tiene? - los demócratas salieron adelante. Éxito rotundo en la Cámara de Representantes y ahora la victoria es redondita con el dominio sobre el Senado. Sólo para terminar… estas elecciones fueron tan interesantes como ver un capítulo de Lost o 24, simplemente no me pude parar del asiento esa noche.

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